Normalmente las madres, desde el embarazo, recopilamos información y
recibimos cantidad de consejos. Mucha de esa información carece de base
científica, pero cuenta con la mejor intención e incluso con toda la fe de quien
nos la proporciona. En otros casos, aun con su explicación científica, nosotras
preferimos buscar respuestas alternativas.
A veces, para hacer lo que te dice el pediatra, tienes que contradecir a tu
madre, o a tu vecina que ha criado ocho hijos sanísimos, y hasta esconderte de
ella/s. Otras veces se te parte el corazón porque tú ni siquiera estás de acuerdo
con ninguno de los tres. Y otras veces pasas de todo lo que te dicen y haces lo
que te da la gana. Desde aquí, apoyamos esa tercera vía. Las madres, como los
niños, tenemos derecho a equivocarnos al aprender nuestro rol, a que se nos siga
queriendo y a que no se nos falte al respeto por ello. Nuestra intención no es
equivocarnos todo el rato, pero ésa es una buena manera de aprender.
Conviene tener en cuenta las recomendaciones pero que éstas nunca sustituyan
a nuestro instinto, que es tan válido como el de cualquiera.
¿Y cuando nosotras seamos suegras? ¿nos harán caso?
ResponderEliminarOpinaremos lo que nos dé la gana y, en principio, no nos harán caso. A menos que vayamos tomando ya buena nota mental: no nos gustan las suegras entrometidas, manipuladoras, represoras ni cotillas :)
Eliminar¿Y cuando el instinto te impulsa a dar un bofetón?
ResponderEliminarPues eso, respira hondo, recuerda quién tiene más capacidad para controlar la situación, contente y espera a tener mejor ocasión y capacidad para expresar tus sentimientos ;)
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