Queremos
hij@s independientes pero vivimos señalándoles cuál es el camino
correcto. Para aprender, tenemos que probar las cosas, incluso l@s
adult@s. Por mucho que nos adviertan de los peligros, a veces no nos
bajamos del burro hasta que lo hemos experimentado en nuestras
carnes. Y eso de mayores. A l@s niñ@s les pasa todavía con más
intesidad. Parece que esperamos que, por haber dicho las cosas (mil
veces), ya lo tienen que saber hacer. Y seguramente lo saben. Si
solamente se pueden guiar por nuestras expertas voces, les matamos el
sentido de “qué pasará si...”, tan esencial para la gente
curiosa, proactiva y flexible que vamos a necesitar el día de
mañana.
Nuestra
misión como madres consiste en explicarles teóricamente lo que está
bien y lo que está mal pero, sobre todo, por qué consideramos bueno
lo uno y malo lo otro. Ver si están de acuerdo, lo que opinan, y lo
que pretenden hacer cuando se den esas hipotéticas situaciones. En
cambio, cuando nuestr@ hij@ hace algo, conviene confiar en lo que ya
le hemos dicho, no volver a decírselo “en caliente”, y ver lo
que opina y lo que propone al respecto. Para que sean independientes
debemos dejar que valoren sus actos y que reaccionen como crean
oportuno. Es decir, dejar que actúe y que saque sus propias
conclusiones. Para la madre, es un papel mucho más relajado que el
de estar todo el rato diciendo lo mismo pero cada vez con un grado
más de histerismo.
En cuanto a
l@s bebés, se recomienda dejarles hacer sin distraerl@s, velando en
todo momento por su seguridad. Cuando parece que no están haciendo
nada, en realidad están examinando todo tipo de sensaciones
provenientes del entorno y de su interior. Más aún cuando sí están
haciendo algo. Pero, por lo general, desde el enfoque adulto, parecen
cosas sin importancia y nos tomamos la libertad de interrumpirles a
nuestro antojo.
Ejemplos
de situaciones que no favorecen la independencia en niñ@s un poco
mayores: la madre no está dispuesta de ninguna manera a que su
criatura salga a la calle con esas pintas; la madre dice que los
deberes han quedado muy sucios y que así no se pueden presentar; la
madre hace lo que iba a hacer el niño porque el niño lo iba a hacer
mal; la madre abriga o desabriga a su retoño según ella sienta frío
o calor; la madre establece la cantidad de comida que debe comer la
criatura...